sábado, 27 de julio de 2013

BUSCANDO JUSTICIA SUPERÓ EL MIEDO.

Pedro estaba casado con Patricia,  tenían dos hijas, una  de nueve y otra de quince años. Las noticias de la inseguridad le estaban metiendo cada vez más miedo, temía por su familia. Los delincuentes saltaban muros, cortaban rejas de hierro y entraban en las casas. A golpes exigían a sus ocupantes todo el dinero que tenían, también se llevaban sus electrodomésticos y se daban el lujo de comer en sus casas antes de partir. La resistencia o aún sin resistirse podía terminar en la muerte si se les antojaba.  La ficción era una realidad en ese tiempo. Por décima vez entraron a robar en el comercio de José su vecino y amigo, quién terminó gravemente herido. Entraban como ratas  en medio de la noche, sorprendiendo a abuelos jubilados, golpeándolos salvajemente  y arrebatándole las pocas pertenencias que tenían.Pedro se hallaba  harto de inseguridad e impunidad, pegó puñetazos en la pared descargando su impotencia. Cinco de sus sobrinas que estudiaban y trabajaban habían sufrido robos. A una de ellas, cuando estaba por cruzar la calle, de una moto con dos delincuentes, le tomaron  la cartera que llevaba colgada al hombro. No pudieron quitársela y la arrastraron más de  veinte metros por la acera. La joven estuvo internada  con yeso en el brazo y pierna treinta días sin poder ir a su trabajo. Las autoridades no resolvían nada, gran furia le invadió, el espíritu de sus ancestros que pelearon en las guerras renació en él.  

En el mercado ilegal, consiguió un arma corta con silenciador. Con ella enfundada en su chaqueta salía a recorrer las calles de alrededor. En una de esas recorridas,  ve detenerse una moto con dos hombres frente a una boutique femenina. Uno de ellos, baja y entra, a través de la vidriera desde la acera de enfrente lo ve amenazar a la empleada de la caja. Comienza a cruzar la calle, sus ojos despedían fuego, pone su mano en la culata del arma, cuando llega junto al de la moto, le echa un disparo en la rodilla, éste hombre cae con la moto al suelo aullando de dolor. El otro con el dinero de la caja sale, se cruza con un hombre de anteojos obscuros, se sorprende al ver a su compañero en el suelo, antes que pueda reaccionar, siente el impacto de una bala en su pierna derecha, cae al piso revolcándose de dolor. El hombre de anteojos sigue su camino. Tras él la gente se amontona en el lugar, la sirena de la policía se escucha cercana, como siempre después de los hechos. Pedro sonríe, los cerdos comienzan a pagar, dejando de abusar de los débiles – Piensa para si. -   Con tal de limpiar unas cuantas basuras me conformo -  se decía. En su apartamento Patricia,  su amor, le estaba esperando…apuró sus pasos, ya se veía dándose una ducha juntos. Ella no sabía nada de su actividad paralela…mejor que no lo supiera.
*La imagen es del actor Charles Bronson, que hizo la zaga de películas del Vengador anónimo. 


Esta es una ficción, pero los hechos criminales son una realidad,  las armas no son para todos, en el gran país del norte se venden con facilidad, así surgen francotiradores psicológica mente alterados que matan inocentes. 
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